EL CÍRCULO COMO BASE DE LA ESTRUCTURA DEL UNIVERSO.
El círculo ha sido seguramente uno de los primeros símbolos dibujados por el hombre.
Es simple de dibujar, es una forma visible cotidianamente en la naturaleza, visto en el cielo como los discos del sol y la luna, en las formas de animales y plantas y en las estructuras geológicas.
Muchas construcciones antiguas adoptaron esta forma, los tipi americanos y los yurt mongoles son los sobrevivientes de estas formas universales.
Desde los círculos neolíticos británicos y a través de las formas megalíticas de piedra circulares de los templos, la forma circular ha imitado la redondez del horizonte visible, haciendo de cada construcción un pequeño mundo en sí mismo.
El círculo representa la totalidad.
En un antiguo tratado alquímico se lee:
“Haz un círculo del hombre y la mujer, y dibuja fuera de él un cuadrado, y fuera del cuadrado un triángulo. Haz un circulo y tendrás la piedra de los filósofos”.
El círculo ha sido empleado como símbolo de la eternidad y la unidad.
Como eternidad porque no tiene principio ni fin y siempre retorna al mismo punto.
También por esta razón simboliza el universo, no hay punto donde comience ni punto donde tenga fin, entonces todo lo contiene y no hay nada fuera de él, por ello también es símbolo de la unidad, especialmente cuando en él se hace presente el centro como símbolo de la primera manifestación.
También simboliza el destino, hado o necesidad y la ley cíclica porque a medida que la rueda de la vida gira los ciclos retornan marcando en la naturaleza la repetición y renovación de los ciclos de vida y en la historia humana el eterno retorno de los arquetipos.
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