Los antiguos creían que el Sol de Primavera provocaba la "resurrección" anual de la Naturaleza. Con su presencia, el Sol ahuyentaba los males que afligían a la Tierra, fundía los hielos del invierno, disipaba las tinieblas e impregnaba a todos los seres con la cálida influencia de sus rayos.
En la Masonería, Hiram Abif representa al Sol y su leyenda refiere a su camino anual por los signos del Zodiaco, a su nacimiento, vida, muerte y resurrección, de acuerdo al antiguo mito conocido por el hombre: el Mito Solar.
La mayor enseñanza filosófica que podemos obtener de ello es que en la Naturaleza "la vida se sostiene por la muerte", y que todo ciclo se rige por tres etapas: Generación, Destrucción y Regeneración.
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