LA MISIÓN DE HERMÈS, EL TRES VECES GRANDE

 


LA MISIÓN DE HERMÈS
EL TRES VECES GRANDE
En bien general de la Orden y de nuestro Taller
en particular propongo evocar con vigor al dios Hermes, el tres veces grande, conocedor de las tres cuartas partes de la Sabiduría e inspirador
de la Tradición Hermética, rama de la Tradición Primordial que es y será el fundamento y razón
de ser de nuestra civilización hasta que se complete este ciclo.
Es totalmente real que esta entidad sale al encuentro a cada paso y es certero que llama abiertamente en cualquier encrucijada a todos los locos de amor por el Conocimiento, a los tocados por sus efluvios, a las almas errantes que desean liberarse, permaneciendo velada su presencia a las miradas profanas.
Es bien cierto que se trata de una deidad viva, actuante, presente y manifiesta, cuya llamada
se reconoce solamente desde una visión sagrada del universo y de todo lo que él contiene.
Como si de un juego inocente se tratara, emite abundantes mensajes en unos tiempos especialmente atribulados. El gran combate cósmico está siendo, ahora, en todos los mundos, y los dioses envían la Salud, la Fuerza y la Unión a todos los que los invocan.
Si como se dice:
Los hombres no son sino los estados caídos de los dioses"
Hermes, el desvelador, es quien los despierta constantemente con su áurea vara, los mantiene alerta, cual vigías, con los pies bien anclados en
la Tradición al mismo tiempo que eleva todos sus anhelos de conquista y conduce sus intenciones hacia lo más alto, hacia la restauración del "estado primordial":
"En el que los dioses y los hombres no son sino
una unidad indisoluble que habita en la morada
de los inmortales".
Hermes transita por los estados del ser, conduce
lo de arriba hasta abajo y eleva lo de abajo hacia arriba, en un vuelo vertical, al mismo tiempo que siembra y recolecta en todos los planos horizontales.
Su energía cruciforme es educadora y no en vano se le relaciona con las artes y las ciencias, verdaderos puentes entre los dioses y los hombres, que él mismo contribuye a revelar y engrandecer.
Pero además de transmitir mensajes, ayuda a interpretarlos, los hace inteligibles al hombre que busca con corazón sincero, descifrándole los signos de los tiempos, desvelando su conciencia para la aprehensión de otros mundos libres de la forma, del tiempo y del espacio y contribuyendo con su enseñanza a disipar toda la ilusión del devenir, indicando simultáneamente la verdadera naturaleza supracósmica de lo eterno.
Hermes sugiere los errores que cabe denunciar y asigna una misión a cada ser, sea donde sea que se halle. Labra en el corazón del hombre, planta la semilla dorada y da un nombre a la planta que germina, escribe lo que es, lo que ha sido y lo que será sin preocuparse por nada, pues conoce el camino de salida de la rueda cósmica y así lo revela al que lo escucha.
Y de esta manera fija lo volátil, materializa el espíritu y espiritualiza la materia, da forma a las ideas para que se expresen a través del hombre, enseñándole a leer el mensaje oculto y esotérico
de los seres y las cosas.
Es también un psicopompo o acompañante de las almas de los hombres en todos sus viajes por el estado humano y por los otros estados del ser,
si es que así lo dispone la divinidad y uno está dispuesto a entregarse a tal expedición.
Hermes entonces cierra y abre puertas y descubre los secretos de la vida y de la muerte, el arte de la combinación de toda dualidad, el desapego de lo efímero, al tiempo que promulga el anclaje en la verticalidad, en el eje axial donde se armonizan los opuestos y se intuye la presencia y la fusión con lo Inmutable.
Guía indiscutible en los viajes por el mundo intermediario, navegante diestro del ancho mar, conduce a los aventureros hasta las naves, los protege en la peligrosa y a veces ardua travesía
de las aguas, les procura reposo, les proporciona alimento, marcando siempre el recto y justo camino y sugiriendo sutilmente el destino final, la llegada a la Tierra Prometida, al Centro del Mundo.
Como sanador y curandero disipa toda duda, miedo, inquietad o debilidad, fortaleciendo el cuerpo y el alma con todas sus enseñanzas, y revistiéndola del ímpetu necesario que la impulsarán a lanzarse a la conquista de la inmortalidad y a su propio abandono final, tras el reconocimiento de que ella, el alma, no es más que un simple vehículo que debe identificarse con finalmente con el Espíritu.
Pero en el intermedio disfruta jugando, y tan pronto la agita llevándola al límite de sus posibilidades como la aquieta y serena haciéndola receptiva a
la fecundación celeste.
Lleva también inscrita en su naturaleza una gracia especial pata el comercio y con ello recuerda que
la labor a realizar con la psique halla un claro reflejo en todo lo que acontece en los mercados.
Uno debe desprenderse de todo aquello que lo mantiene atado y prisionero, aunque también debe ofrecer como mercancía de intercambio lo que posee más bello y valioso, para poder "adquirir"
el gran tesoro de la plena Libertad.
Desprenderse con alegría, aunque a veces cueste sangre, sudor y lágrimas de prejuicios y pasiones disonantes, y adquirir, no por la fuerza, el engaño o la usurpación sino por la gracia derramada, la perla tan anhelada. Estar dispuesto a "vender" todas las pequeñeces para "comprar" la conciencia del Todo. Negocio por lo más alto, donde se debe estar dispuesto a perder todo lo mundano, para ganar en lo celeste.
Sutil es la energía de este dios, ligera, versátil, fresca, inocente, etérea, brillante, plata viva, directa, clara, infantil, juguetona, juvenil, libre, axial, fálica, atractiva, plástica, rápida, activa, astuta, emprendedora, aérea, sanadora e inteligente.
¡Hermes, dios de la Verdad y la Justicia, derrama abundantemente estos dones sobre los que te invocan, elevando simultáneamente todos sus deseos más nobles hacia el Empíreo:
" Loados sean los dioses, y sea magnificada por todos los seres vivientes la infinita, simplicísima, única, altísima y absolutísima causa, principio y uno! (Giordano Bruno)".

Comentários

  1. Mas além de transmitir mensagens, ajuda a interpretá-las, torna-as inteligíveis ao homem que procura com coração sincero, decifrando-lhe os sinais dos tempos, revelando sua consciência para a apreensão de outros mundos livres da forma, do tempo e do espaço e contribuindo com seu ensinamento para dissipar toda a ilusão do futuro, indicando simultaneamente a verdadeira natureza supracósmica do eterno.
    Hermes sugere os erros que podem ser denunciados e atribui uma missão a cada ser, onde quer que ele esteja. Trabalhe no coração do homem, planta a semente dourada e dá um nome à planta que germina, escreve o que é, o que foi e o que será sem se preocupar com nada, pois conhece o caminho de saída da roda cósmica e assim revela ao que o ouve.
    E assim fixa o volátil, materializa o espírito e espiritualiza a matéria, molda as ideias para se expressarem através do homem, ensinando-o a ler a mensagem oculta e esotérica.
    dos seres e das coisas.
    É também um psicopompo ou acompanhante das almas dos homens em todas as suas viagens pelo estado humano e pelos outros estados do ser,
    se é que a divindade o preveja e se estiver disposto a entregar-se a tal expedição.
    Hermes então fecha e abre portas e descobre os segredos da vida e da morte, a arte da combinação de toda dualidade, o desapego do efêmero, ao mesmo tempo que promulga a ancoragem na verticalidade, no eixo axial onde os opostos se harmonizam e se intui a presença e a fusão com o Imutável.
    Guia indiscutível nas viagens pelo mundo intermediário, navegador destro do largo mar, leva aventureiros até as naves, protege-os na perigosa e às vezes árdua travessia
    das águas, procura-lhes repouso, fornece-lhes alimento, marcando sempre o reto e justo caminho e sugerindo subtilmente o destino final, a chegada à Terra Prometida, ao Centro do Mundo.

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  2. Como curandeiro e curandeiro dissipa qualquer dúvida, medo, inquietação ou fraqueza, fortalecendo o corpo e a alma com todos os seus ensinamentos, e revitindo-a do ímpeto necessário que a levarão a lançar-se na conquista da imortalidade e no seu próprio abandono final, após o reconhecimento de que ela, o alma, não é mais do que um simples veículo que deve finalmente ser identificado com o Espírito.
    Mas no intervalo ela gosta de jogar, e assim que ele a agita levando ao limite das suas chances como a aquieta e serena tornando-a receptiva a
    fertilização celeste.
    Tem também inscrita na sua natureza uma graça especial para o comércio e, assim, recorda que
    O trabalho a realizar com a psique encontra um reflexo claro em tudo o que acontece nos mercados.
    Você deve se livrar de tudo o que o mantém amarrado e prisioneiro, mas também deve oferecer como mercadoria de troca o que possui mais belo e valioso, para poder "adquirir"
    o grande tesouro da liberdade total.
    Despreender-se com alegria, embora por vezes custe sangue, suor e lágrimas de preconceito e paixões dissonantes, e adquirir não pela força, engano ou usurpação, mas pela graça derramada, a pérola tão ansiosa. Estar disposto a "vender" todas as pequenas coisas para "comprar" a consciência de tudo. Negoceio no topo, onde você deve estar disposto a perder tudo o mundano, para ganhar no celeste.

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  3. Subtil é a energia desse deus, leve, versátil, fresca, inocente, etérea, brilhante, prata viva, direta, clara, infantil, brincalhão, juvenil, livre, axial, fálica, atraente, plástica, rápida, ativa, astuta, empreendedora, aérea, curandeira e inteligente.
    Hermes, deus da Verdade e da Justiça, derrama abundantemente esses dons sobre os quais te invocam, elevando simultaneamente todos os seus desejos mais nobres para o Empíreo:
    " Louados sejam os deuses, e seja ampliada por todos os seres vivos a infinita, simplicíssima, única, altíssima e absolutíssima causa, princípio e um! (Giordano Bruno)".

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