LA PISTIS SOPHIA

 

LA PISTIS SOPHIA

La estructura de la Pistis Sophía, es un diálogo de revelación entre Jesús resucitado y sus discípulos.
Después de la resurrección, se quedó 11 años enseñando los Misterios del Cielo a María Magdalena, María, la madre de Jesús y otros discípulos y discípulas Juan, Tomás, Andrés, Felipe, Mateo, Pedro, Salomé y Marta.
La Pístis Sophía no se trata solamente de la explicación del origen del mundo y la prisión del alma en el cuerpo, sino, cuáles son las consecuencias reales para los humanos, en especial para los espirituales o gnósticos de su proceso de caída en el plano de Encarnación en la materia; lo cual le plantea al aspirante a la Iniciación, el fortalecimiento de su Voluntad Mágica y el trabajo interno de conciencia, en el proceso de la Redención de su Alma.

El segundo libro ejemplifica cómo la liberación de la Sabiduría es el comienzo ejemplar de la liberación de los espirituales.
La segunda parte del libro III y el IV, nos habla en lo más cumplido del Pleroma –la Plenitud de la divinidad, el reino de los Eones divinos emanados del Padre Supratrascendente- mediante la referencia al sentido oculto de las formulaciones de los nombre secretos y de los Rituales Inefables.
La Iniciación e Iluminación, no sólo se consigue, pues, con el puro conocimiento –de hecho en Pístis Sophía no vemos demasiada especulación sobre la naturaleza íntima del Dios inefable ni lucubraciones sobre la especial relación del espíritu humano con Él, pues se dan por supuestas, sino con la práctica y cumplimiento de ritos de iniciación inseparables de los misterios de la Luz. Estos ritos son imprescindibles.
Todas las almas humanas que reciban los misterios de la Luz precederán a todos los Arcontes que se hayan arrepentido.
E irán a la cabeza de todos los del lugar del Medio y delante de los del lugar de la derecha…
En una palabra irán a la herencia de la Luz según el lugar de su misterio… reciben el sello todas las almas que reciban los misterios e ingresarán en la herencia de la Luz.

La Pistis Sophia, ha sido pues, nuestro Libro Sagrado, en las tradiciones Gnóstica Rosacruces.
Y en ella, se contemplan los Altos Misterios eternales, que conllevan al ser que busca en sus Reinos Internos, las emanaciones del Pleroma Divino, y los designios del Padre de toda Paternidad de La Luz.

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