Al comienzo, el recuerdo de sí es un esfuerzo sobre las funciones.
Empezamos a recordarnos simplemente mediante la formación de sus procesos mentales, en cierto sentido, y esto aporta momentos de conciencia.
No podemos trabajar sobre la consciencia misma : podemos realizar uno o dos esfuerzos espasmódicos, pero no esfuerzos permanentes.
Pero sí podemos realizar esfuerzos sobre los pensamientos, y de este modo, trabajar sobre la conciencia de una forma indirecta.
Con el intento de recordarnos de esta forma, tratamos de crear una aproximación al tercer estado de consciencia.
Hacemos esto mediante cierta "reconstrucción" : reconstruyo en mí cierta forma de pensar propia de estados superiores de consciencia.
No puedo mantener un destello de consciencia a menos que mis pensamientos estén en cierta forma.
Por ejemplo, dirigiendo la atención simultáneamente sobre mí y sobre la cosa que veo.
Esta doble atención es la forma de pensar correspondiente a un estado de consciencia superior.
Hemos de tratar de entender la diferencia entre recordarse de este modo y ser verdaderamente consciente.
Nada llega a su pleno estado, de repente.
El primer paso es estar más consciente, el segundo es estar más consciente todavía, y así sucesivamente.
Las emociones y las sensaciones son funciones, pero el recuerdo de sí no es ninguna función.
Es un intento de crear en uno mismo un estado de consciencia sin relación alguna con las funciones.
Hay que tener claro, ya desde el principio, que las funciones son una cosa y los estados de consciencia, otra.
P.D.Ouspensky
El Cuarto Camino
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