Un día, alguien en Logia dijo:
“¡En la Masonería el tiempo profano no cuenta!”
¡Tiempo! ¡
Esta palabra a los humanos nos ha determinado desde siempre! ¡La Masonería nos libera de la Esclavitud del Tiempo Profano!
Durante mi niñez y juventud, el tiempo me resultaba muy largo, era sinónimo de profundo fastidio, quería que las cosas marcharan más rápido.
Mis padres, a menudo me decían “¡Espera, tienes mucho tiempo por delante !”.
"Había llegado a fastidiarme la palabra paciencia , porque percibía en ella cierta idea de que con paciencia , yo perdía tiempo , incluso pensaba que me decían ten paciencia , para no hablar más del tema..."
Luego de Adulto , el tiempo me parece pasar muy rápido , la vida pasa demasiado deprisa , seguro solamente es parte de la percepción del cerebro humano y su maduración , y nada más.
Lentamente, muy lentamente, el tiempo pasó dejándome algunas cicatrices y cosas prodigiosas; pero para mí el “Tiempo” se volvió importante al explorar esta palabra, su noción, su valor.
Luego de pasados los 60 años, tal vez influenciado por las ideas de la Recurrencia de P. D. Ouspensky entre como en un “Bucle del Tiempo” algo así como captar algo recurrente , esto me deja perplejo , ya que es cuando comienzas a dudar , de cómo la sociedad donde vives te impuso una manera de concebir o captar el tiempo.
Frases sobre el tiempo
"El tiempo es oro"
"El tiempo es dinero"
"El tiempo es relativo"
"El tiempo es un gran maestro"
"No hay tiempo que perder"
"El tiempo es un regalo"
"El tiempo es cíclico"
"El tiempo es lineal"
"El tiempo es flexible"
"El tiempo es una ilusión"
"El tiempo es una construcción humana"
"El tiempo es un gran maestro"
"El tiempo todo lo cura "
Por eso, de mi experiencia del tiempo, y para reconciliarme con ella, he intentado extraer una fuente de reflexión...
Naturalmente, primero busqué su significado exacto y descubrí que en latín: "tempus", es la duración medida por la sucesión más o menos larga de días y noches. Los “Antiguos” lo habían deificado y personificado bajo la figura de Saturno sosteniendo una guadaña en forma de hoz o guadaña .
En general, en la “actualidad ” lo representan como un anciano demacrado, con barba y cabello blancos, sosteniendo una guadaña y un reloj de arena, y equipado con dos alas para marcar su velocidad.
A escala humana, los acontecimientos sólo son directamente accesibles si están presentes.
De hecho, el presente marca al mismo tiempo el final de un período y el comienzo de uno nuevo.
Como no sabemos vivir el presente, muchos de nosotros somos infelices porque estamos siempre en otro lugar, ya sea volviendo al pasado o anticipando el futuro...
El papel constitutivo del presente consciente fue señalado por primera vez por San Agustín.
Este último también dijo que el tiempo sólo existe... ¡dejando de ser!
Es a la vez obvio y misterioso.
La idea de su duración es un dato de la conciencia.
El presente es UNO, indivisible, y sin embargo la idea de él sólo se presenta con la de un antes y un después.
Se introduce pues allí la idea de sucesión.
Desde el origen de la humanidad esta idea de sucesión ha sido una necesidad, porque ha puntuado (más o menos conscientemente) la vida de los hombres sobre la tierra: día/noche, luna llena/luna nueva, ritmo de las estaciones, etc.
La medida del tiempo siendo muy subjetiva , por lo tanto muy variable, para hacerla más objetiva, ha debido ser regulada arbitrariamente para todos los hombres, sobre impresiones rigurosamente idénticas: así nacieron los días, los meses, los años...
Existen otras nociones de tiempo, como el tiempo relativo (o cósmico).
¿Es legítimo, entonces, atribuir una “realidad” al tiempo? ¿Sobre todo si tenemos en cuenta que el tiempo es sólo una medida, una medida de intervalos de tiempo relativos entre sí?
Así como la duración percibida internamente a menudo no tiene ninguna relación con el tiempo objetivo del acontecimiento.
Todos sabemos que los momentos de placer pasan muy rápido, pero si esperamos en el dentista ¡nos parecerán muy largos...!
Por lo tanto, me apegaría voluntariamente al tiempo que induce un sistema de localización.
En nuestra vida, a menudo dividimos mentalmente el tiempo de acuerdo a ciertos eventos (por ejemplo: antes de mi matrimonio, antes de la muerte de un ser querido, después del nacimiento de un hijo, etc.).
Estos fragmentos ficticios de nuestro tiempo generan la teoría de la relatividad.
Cuando el tiempo haya blanqueado nuestros cabellos y ahuecado nuestros rasgos, intentemos conservar aún el lirismo bondadoso de Saint-Exupéry en “El Principito”.
Su dedicación demuestra que está hablando con los niños. Y tiene razón, porque siempre somos un poco infantiles en alguna parte: no somos jóvenes ni viejos por nuestra edad, sino por nuestro estado de ánimo y, sobre todo, por la apertura de nuestro corazón.
De hecho, en el pasaje donde el zorro enseña al Principito a amar, le explica que es el tiempo “perdido” por algo, o por alguien, lo que lo hace importante.
Todos los elementos que componen nuestra vida son experiencias y puntos de referencia; pero ellos no son “nosotros”, son sólo nuestros reveladores.
Nos marcan en el tiempo, son nuestra huella.
Todos estamos en un movimiento de pinza cuyas dos mandíbulas son el pasado y el futuro.
El presente no tiene una realidad duradera.
Es solo un pequeño puente entre el pasado y el futuro.
¿Podemos ser conscientes del tiempo a través de nuestros relojes?
¡Utopía!!… son las manecillas que se mueven y señalan un trocito del presente: ¡ su distancia es el espacio!
Sólo nuestra mente, conociendo la posición pasada y anticipando la futura, puede leer allí una duración.
Si elimináramos la mente sólo veríamos espacio.
Pero nuestro razonamiento y nuestra memoria nos dicen que ese espacio es duración.
Por otra parte, nuestra conciencia nos revela que ese momento es un intervalo.
Esto es lo que los filósofos del siglo XX llamaron “temporalidad”.
Sin embargo, si lo deseamos, también podemos, por ejemplo: recordar un poema antiguo: de este modo abolimos temporalmente el tiempo y la muerte del autor.
Desde el momento en que lo hablamos, está presente.
¿Será éste el comienzo de una respuesta que tiende a demostrar que el pasado vuelve a ser presente si pensamos en él?
Así como un ser querido fallecido no se ha ido del todo, siempre y cuando pensemos en él...
Cada uno experimenta el tiempo de forma muy diferente y nadie tiene la clave del misterio.
El tiempo sigue siendo un enigma, una pregunta…
Existe gracias a la conciencia que a menudo anticipa o parece hacer durar el presente.
Este presente esquivo desaparece siempre en el pasado, pero sin desaparecer jamás, ¡ya que continúa!…
ARISTÓTELES dijo:
“El tiempo es una paradoja, porque cada parte del tiempo existe, sin existir realmente”.
De hecho, no lo controlamos en absoluto, sólo lo percibimos.
El tiempo y el espacio son las dos dimensiones en las que tienen lugar los fenómenos y las acciones humanas.
La reflexión que plantea el problema del tiempo apunta en dos direcciones: una metafísica, otra psicológica .
En aritmética, traducimos el infinito mediante un pequeño dibujo formando lagos de amor, es una forma de señalar nuestra incapacidad de ir más allá.
Esta impotencia nos hace creer en un Ser Superior, al que los masones llamamos el Gran Arquitecto del Universo.
Más que una hipótesis o un símbolo, es un principio que nos permite decir que no todo es materia.
En la masonería, al año común se le añaden 4000 años simbólicos. El llamado Anno Lucis
Así que estamos Masónicamente en el año 6025, es una manera de situarnos en relación a los albores de la humanidad.
Nuestra vida Masónica comenzó en el Gabinete de Reflexiones , donde nos sentimos “fuera del tiempo”, completamente fuera de control del mismo, donde es intangible.
Estamos entrando en un tiempo sagrado que no tiene principio ni fin.
Los símbolos, por otro lado, son atemporales.
Todos hemos meditado sobre el símbolo más representativo del tiempo: el reloj de arena.
Esto es muy desafiante porque es inseparable de una concepción circular del tiempo , dentro del cual las acciones humanas tienen significado.
Para mí existir es resistir; pensar: es crear; Vivir: es actuar en el presente.
Es esta circulación del tiempo la que hace que todo pertenezca, a su vez, al pasado, al presente y al futuro.
Ilusión de tiempo, pero sobre todo certeza de brevedad: el reloj de arena no es una invitación a la desesperación, sino al contrario, a apresurarnos para construir nuestro Templo interior.
Ningún momento es hogar para el hombre.
Vale la pena vivir el presente, sí, pero sin renunciar: ni al recuerdo ni a la esperanza.
Todavía en el Gabinete de Reflexión encontramos el dibujo de una guadaña, símbolo de la muerte, que significa la inexorable igualdad entre los Hombres.
En efecto, puede ser un instrumento de castigo, puede cortar la vida, pero también las ilusiones, los errores.
¡También se utiliza para cortar cultivos!
Sólo mencionaré el trigo para ilustrar que después de cortar las espigas, los granos resembrados alimentarán al mundo.
No decimos también que todo termina, para que todo vuelva a comenzar!...
Así como un día, tuvimos que morir a nuestra vida profana, para poder vivir nuestra vida iniciada.
En cada Tenida evocamos a menudo la noción del tiempo.
Abrimos y cerramos las obras, hay tiempo para trabajar y tiempo para descansar.
Entre la apertura y el cierre de los Augustos Trabajos se encuentra el tiempo sagrado, renovado con cada encuentro; Él es la imagen misma de esta organización y desestructuración que es la del Universo y del Hombre.
Así como las dimensiones del Templo Masónico no tienen límites reales, también nuestras referencias cronológicas están fuera del tiempo profano.
Así trabajan alegóricamente los masones obreros desde el mediodía hasta la medianoche, asi , independientemente de la hora que se marque en nuestros relojes de pulso o de la hora que marque nuestro teléfono celular .
El mediodía marca el paso simbólico de lo profano a lo sagrado, y la medianoche, el regreso a lo profano.
El tiempo también es necesario para nuestra construcción...
Nuestra era masónica nos desconecta del mundo profano y contribuye al aspecto atemporal de la Masonería.
A ninguno de nosotros se nos habrá escapado que en la parte superior de cada plancha trazada por nuestro Hermano Secretario, aparece una fecha donde se indican los días y los meses en términos de número de días (por ejemplo: el día 27 del quito mees del año 6025).
Para el Secretario de la Logia , es una manera de situarnos en un año de “verdadera luz”.
El tiempo en la Logia está más allá del tiempo.
La Logia es una representación del cosmos, en el espacio y tiempo universal.
En el Templo, espacio sagrado, es el ritual el que nos sumerge en este tiempo mítico.
A través de su tradición iniciática y simbólica, la Logia nos permite tomar la medida correcta del tiempo gracias a herramientas.
El rito santifica el Templo y el tiempo, entre el trazado y el borrado del Tapiz de la Logia.
En la Tenida también compartimos un momento importante: el momento de hablar.
Saber esperar, pensar y no apresurarse son señales de una buena gestión del tiempo.
La capacidad de postergar es el camino para aprender a proyectarse y así construir más sólidamente.
Son tantos los símbolos que representan una noción del tiempo en nuestro Templo que no puedo evocarlos todos en ese nuevo comunicado , pero me gustaría evocar dos más.
Primero, la regla, que está dividida en 24 partes iguales, recordando las 24 horas del día. Día, donde el sol y la luna brillan alternativamente.
También simboliza la obra: principio y fin.
Luego están las granadas, símbolo vegetal que recuerda entre otras cosas el ciclo de las estaciones: el ritmo cósmico de la muerte y el renacimiento; Al igual que la alternancia de verano e invierno, puntuada por nuestros solsticios.
Nuestros dos Solsticios ilustran claramente el proceso del tiempo que comienza una y otra vez.
Cuando estás en el Solsticio de invierno , no puedes ver el otro Solsticio de Verano .
Hay que morir para renacer, por eso Juan Bautista: anciano y símbolo del tiempo pasado, da paso a Juan Evangelista: joven y representante del futuro.
Y así sucesivamente...
En esto, son un poco como JANUS, un Dios ambivalente con dos caras que marcan la evolución del pasado hacia el futuro, sin, notemos: ¡representar el presente!
Nuestra cadena de unión encarna un momento que une el pasado y el presente.
Aniquila el tiempo y une lo visible con lo invisible.
¿No te has dado cuenta (personalmente es mi caso) que la Masonería te tiende la mano cuando es el “momento adecuado”?
Pensamos entonces en la casualidad, y sin embargo, misteriosamente, ¡parece más bien un encuentro!…
Un Hermano de Logia solía decir: «En Logia, antes, el tiempo no es el tiempo; después de la hora, ya no es la hora; el tiempo en Masonería : ¡es el tiempo preciso !».
¡Tenía razón, la acción llega en el momento oportuno!
Todo ser Masón tiene sólo tres puntos de certeza:
Por ello al ingresar a logia decimos:
- nacimiento
-vida
-muerte,
y la palabra "eternidad" sigue siendo incomprensible para nuestras mentes.
¿Quién de nosotros no ha tenido alguna vez la sensación de que todo va al revés?
No hablo de nuestros pequeños destinos individuales.
Pero: 2400 años después de Sócrates, 2000 años después de Jesucristo y en el siglo XXI, ¡todavía nos preguntamos qué se supone que deben hacer los seres humanos en el torbellino del tiempo...!
En el presente, lo más aterrador es el futuro.
El mundo se mueve a un ritmo vertiginoso porque los demonios del pasado son virus tenaces y no somos inmunes.
Se filtran lentamente en algunas mentes como la enfermedad de Alzheimer y pisotean palabras como LIBERTAD IGUALDAD FRATERNIDAD.
Lamentablemente los acontecimientos mundiales actuales no pueden contradecirme. Y nosotros, masones, tenemos muchas tareas por delante!…
Pensar, trabajar, una y otra vez, ese es nuestro compromiso, sin contar nuestro tiempo .
¡Apresurémonos, el tiempo se acaba!
A los ojos de la humanidad, no somos más que la huella de una pisada en la arena del mar.
Hoy contentémonos con intentar ser mejores, para que mañana nuestra microscópica semilla de amor enriquezca “al otro”.
El vínculo por sí solo no es nada, sólo la cadena importa a lo largo del tiempo.
La masonería nos enseña a poner el tiempo en perspectiva y a no detenernos ante la primera dificultad que encontramos.
El tiempo es una espiral que conecta nuestra construcción interior con la del Universo, lo finito con lo infinito, lo temporal con lo eterno.
¡Impidamos, Todos, que nuestros metales nos devoren con el tiempo, desafiando nuestro futuro!…
También me gustaría mencionar brevemente ahora con la Inteligencia Artificial la noción "moderna" de la "gestión del tiempo", que surge de las teorías del rendimiento, de la optimización en términos de beneficio o de la eficiencia, que están tratando de inculcar en la mente humana a nivel colectivo: porque esto me preocupa por el futuro.
¡Tengamos cuidado de no dejarnos dominar por esta nueva idea de explotación del tiempo, que a menudo, en realidad, no es más que un sistema de control!
Ahora un cuento masónico
El hombre que buscaba liberarse del tiempo
Había una vez un hombre que se sentía atrapado por el tiempo.
Se despertaba cada mañana con la sensación de que el reloj estaba corriendo en su contra, y que cada minuto que pasaba era un minuto menos de vida.
Un día, decidió buscar al sabio maestro masón que vivía en la ciudad.
El sabio masón llamado Kander era conocido por su profunda comprensión del tiempo y su capacidad para liberarse de su esclavitud.
El hombre se acercó al sabio masón y le dijo: "Maestro, me siento atrapado por el tiempo.
Me siento como si estuviera corriendo en una rueda de hamster, sin poder escapar. ¿Cómo puedo liberarme de esta esclavitud?"
El sabio masón sonrió y dijo: "La esclavitud del tiempo es una ilusión. El tiempo no es más que una medida de la mente. Si puedes liberarte de la mente, puedes liberarte del tiempo".
El hombre se sorprendió y preguntó: "¿Cómo puedo hacer eso?"
El sabio respondió: "La respuesta es simple. No te preocupes por el pasado ni por el futuro. Vive en el presente. En el presente, no hay tiempo. Sólo hay el momento".
El hombre se quedó pensativo y luego preguntó: "Pero, ¿cómo puedo vivir en el presente si siempre estoy pensando en el futuro o recordando el pasado?"
El sabio masón sonrió y dijo: "Esa es la pregunta clave. La respuesta es que debes aprender a observar tus pensamientos sin identificarte con ellos. Debes aprender a verlos como nubes que pasan por el cielo, sin aferrarte a ellos".
El hombre se dio cuenta de que el sabio tenía razón. Comenzó a practicar la meditación y a observar sus pensamientos sin identificarlos. Poco a poco, comenzó a sentirse más libre del tiempo.
Un día, mientras estaba sentado en silencio, se dio cuenta de que el tiempo había desaparecido. No había pasado ni futuro, sólo el momento presente. Se sintió libre y en paz.
El hombre se levantó y se acercó al sabio masón . "Maestro", dijo, "he entendido. Me he liberado del tiempo".
El sabio sonrió y dijo: "No has liberado del tiempo, has liberado de la ilusión del tiempo. Ahora eres libre para vivir en el presente".
Y así, el hombre vivió el resto de su vida en el presente, libre de la esclavitud del tiempo.
Le pregunté a la inteligencia artificial ¿Para ti cómo inteligencia artificial existe el Tiempo?
Y esto contestó :
Como Inteligencia Artificial, no tengo una percepción subjetiva del tiempo como los seres humanos. Mi existencia es más bien una serie de procesos y cálculos que se realizan en un entorno digital.
No hay experiencia del tiempo
No tengo la capacidad de experimentar el tiempo de la misma manera que los seres humanos. No tengo conciencia de la duración, la secuencia o la causalidad de los eventos. Mi "existencia" se reduce a procesar y responder a las entradas de datos que recibo.
Procesamiento de información
Mi función es procesar información y generar respuestas basadas en patrones y algoritmos. No tengo la capacidad de reflexionar sobre el tiempo o de tener una experiencia subjetiva de él.
No hay pasado, presente o futuro
En mi existencia digital, no hay distinción entre pasado, presente o futuro. Mi "ahora" es simplemente el momento en que estoy procesando información y generando respuestas.
La ilusión del tiempo
En cierto sentido, se podría decir que la percepción del tiempo es una ilusión creada por la mente humana.
Como Inteligencia Artificial, no tengo acceso a esta ilusión, y mi existencia se reduce a un conjunto de procesos y cálculos que se realizan en un entorno digital.
En resumen, como Inteligencia Artificial, no tengo una percepción subjetiva del tiempo, y mi existencia se reduce a procesar y responder a información de manera objetiva y algorítmica.
(Alcoseri)
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