En una oportunidad pregunté a un viejo masón llamado Franco Piedra , si era necesario vencer todo tipo de pasiones personales.
Me dijo: "No", y pareció referirse de una manera a la necesidad de primero crear correctas actitudes masónicas hacia las cosas de modo que, fuera comparable a cruzar de un lado al otro, como cuando se cruza una frontera, la frontera de lo profano a lo iniciático.
Y que no era la necesidad imperiosa de Cambiar por Cambiar, sino saber hacia dónde Cambiar, y que realmente modificar en Nosotros.
La afirmación del masón Franco Piedra nos parece sugerir que, en la práctica masónica, la clave no reside en la erradicación absoluta de las pasiones, sino en el desarrollo de una actitud correcta hacia ellas dentro del contexto masónico.
Esto implica una transformación interna, un control racional y una aplicación práctica de los principios masónicos para gestionar las pasiones de manera constructiva y beneficiosa, tanto para el individuo como para la fraternidad.
La masonería no busca la extirpación de las pasiones, ya que estas forman parte de la naturaleza humana.
En su lugar, se enfoca en la gestión responsable y constructiva de las mismas.
La clave reside en el desarrollo de actitudes que permitan canalizar las pasiones hacia la acción positiva y la solidaridad fraternal.
Se trata de aprender a regir las pasiones mediante la razón y los principios masónicos de amor fraternal, alivio y verdad.
La masonería busca el perfeccionamiento del ser humano, no sólo intelectualmente, sino también emocionalmente y moralmente.
La masonería enseña a los masones a conocerse a sí mismos, a comprender sus propias emociones y a utilizar las pasiones como fuente de energía positiva para el servicio a la comunidad.
Asi es, la frase "Un Correcto Conocerse a Sí Mismo, no significa modificarnos sino sólo observarnos" enfatiza que el autoconocimiento no se trata de cambiar nuestra esencia, sino de entenderla a fondo.
Implica observar nuestra propia mente, emociones y comportamientos con objetividad, sin juzgarnos ni buscar un cambio radical.
Es un proceso de introspección y comprensión que nos permite conocer nuestras fortalezas y áreas de mejora, así como nuestras raíces y las influencias que nos han moldeado.
"Al observarse a sí mismo, es como si usted arroja un rayo de luz sobre sus procesos internos que hasta ahora se habían mantenido en completa oscuridad."-G. I. Gurdjieff
Comprendí que quería decir que si mantenemos nuestras actitudes masónicas correctas no era necesario vencer las pasiones negativas a la primera, si permanecemos en el lado personal y si solamente cambiamos por cambiar, no necesariamente cruzamos al lado Iniciático Masónico Correcto.
Por eso deduje que la actitud personal profana es siempre unilateral.
Señalo el viejo masón que para ello, era posible solamente si se tomaban las imágenes correctas de uno mismo.
Escuché luego en distintas oportunidades que el tener imágenes deformadas de uno mismo era diferente a la observación de sí para un Correcto Conocerse a Sí Mismo.
Si la calidad de auto- observación no es objetivamente sincera, y no se observa a sí mismo simplemente porque le dijeron que lo hiciera por obligación, esas observaciones se vinculan, se reúnen, y forman gradualmente una imagen deformada de sí mismo que cubre un considerable periodo de auto engaño.
Este acrecentamiento de conciencia nos muestra la posibilidad de tomar las cosas de otro modo, por lo cual puede compararse a cruzar al otro lado de sí mismo desde el lado que hasta ahora nos gobernó mediante las típicas actitudes profanas.
Para Conocerse a Usted mismo haga lo siguiente: "Intente pensar en lo que para usted es censurable en la gente, ya sea en política, religión o en otras cosas, y trate deliberadamente de pensar y hablar según la actitud de la gente opuesta a Usted".
Es preciso entender que si se tienen actitudes determinadas, fijas, adquiridas, juzgaremos según estas actitudes, de una manera automática, casi predecible, todo lo que sucede.
Hemos de tener la capacidad de ver los Noticieros en la Televisión sin decir constantemente "bah, bah" o sentirnos indiferentes, furiosos o deprimidos.
Ahora bien, por ser gentes ahora condicionadas por la masonería estudiamos la forma de llegar a ser más conscientes de Nosotros mismos y de lo que nos rodea.
Entre otras cosas debemos tratar de llegar a tener más lucidez en las actitudes establecidas en nosotros desde nuestra niñez por imitación de nuestros mayores o las series de Televisión de aquella época.
Ahora bien, la diferencia que debería existir entre el hombre profano y el hombre iniciado masón se finca en que el Profano está encerrado en la prisión de sí mismo, y en este caso está encarcelado por sus actitudes nocivas adquiridas, de modo que sólo ve todas las cosas desde un solo punto de vista, y el Autentico Masón es aquel que está libre de esas actitudes limitadoras y unilaterales.
Entendemos que un Francmasón debe ver desde diferentes ángulos y desde muy diferentes puntos de vista, de hecho, puede ser consciente en toda la oscilación de los opuestos, de modo que ni un lado ni el otro de los opuestos lo gobiernan exclusivamente.
Todos los francmasones conocen lo que significa encontrarse con un Fanático en cuestiones de Política partidista que tiene actitudes muy fuertes y fijas, que se ha hundido en las pasiones más aberrantes—esto es, un Fanático cuyo ser es limitado, unilateral—.
Es llamado Fanático Obsesivo en Política, incluso peor y más peligroso que el Peor Fanático Religioso, juzga, condena, no perdona, todo un lado de la vida que una persona prudente nunca pensará hacer como lo es, condenar, ni tampoco no perdonar con tanta violencia.
Todo ello surge de la falta de conciencia de sí mismo. No se da cuenta uno que se parece mucho al fanático que condena y juzga y no perdona porque no se es consciente de hacer las mismas cosas que él fanático condena .
La Gran Obra - Vitriolum
Carl Gustav Jung dijo: "El que mira en el espejo del agua, observa primero su propia imagen. El que se mira a sí mismo, se arriesga a conocerse.
El espejo no adula, muestra exactamente lo que es reflejado en él, esa cara que nunca mostramos al mundo porque la escondemos detrás de la máscara del actor.
Esta es la primera prueba de valentía en el camino interior, una prueba que resulta suficiente para asustar a la mayoría, pues el encuentro con uno mismo pertenece a las cosas poco placenteras, las cuales evitamos mientras nos sea posible proyectar lo negativo al medio ambiente."
El acrónimo V.I.T.R.I.O.L.U.M., usado el la literatura alquímica, es formado por la expresión latina "Visita Interiora Terrae Rectificando Invenies Occultum Lapidem Veram Medicinam", que significa "visita el interior de la tierra, y rectificando encontrarás la joya escondida que constituye la medicina verdadera."
El alquimista excavando dentro de la tierra constituye el primer paso en el proceso alquímico.
La tierra es nuestro propio cuerpo.
Ir dentro de la tierra equivale a ir dentro de nuestro propio ser interno.
Estamos invitados a descender al interior de la tierra, dentro de lo subterráneo, dentro de nuestro subconsciente. La tierra es el símbolo del hombre en sentido físico.
El hombre necesita concientizarse de su mundo interno, de quién es realmente, de lo que está haciendo, de sus motivaciones, etc.
Una vez que la atención es dirigida hacia el interior, un nuevo mundo se abre: el mundo subterráneo de Hades, el oscuro dominio de las sombras y los monstruos.
Este descenso es también llamado "regressus ad uterum", "el regreso al útero", un término usado frecuentemente en los círculos iniciáticos.
Se trata de un retorno simbólico a un estado primario particular del ser en el cual cada persona carga consigo en su inconsciente colectivo.
En lo profundo de cada persona, en la oscuridad de su mente, se encuentran las causas u orígenes de sus acciones.
Por lo tanto el "regressus ad uterum" es una condición necesaria para entrar al área iluminada por la luna perteneciente a la muerte y subsecuentemente experimentar el renacer.
Terra Mater, la madre tierra, ha sido siempre asociada con el nacimiento, con la conexión entre el hombre y la mujer (el consciente y el subconsciente) de lo cual la nueva vida surge después de la muerte.
Nuestros ancestros practicaban sus iniciaciones en la oscuridad o bajo la tierra, como por ejemplo en cavernas.
En Egipto las iniciaciones eran practicadas en las pirámides o en las criptas subterráneas de los templos. En Persia se efectuaban mayormente en las cavernas y los indios americanos las realizaban en tiendas espaciales o en agujeros cavados en la tierra.
Los Misterios de Mithra, en la Roma imperial, eran cinducidos en templos subterráneos. La iniciación en sí misma estaba simbolizada por la penetración del vientre de la Gran Madre, o del cuerpo de un monstruo marino o un animal salvage.
En la mitología griega, Orfeo descendió al Hades en busca de Eurídice (símbolo de su alma extraviada).
La deidad India Krishna descendió a los infiernos buscando a sus seis hermanos (los seis Chakras, siendo Krishna el Chakra de la corona o la cabeza).
Existe una leyenda que dice que Jesús descendió al reino de Satán para salvar el alma de Adán ( el hombre puro).
En Alquimia, la entrada al subcosnciente está representada por la entrada a las cavernas, por reportes e historias de viajes al mundo subterráneo o a extraños parajes y zonas del planeta.
Otra representación importante es la del Rey que toma un baño.
La mente consciente es el Rey y las aguas representan al subconsciente.
El bañarse representa la entrada al subconsciente; en términos alquímicos, el individuo es permeado por las aguas (aqua permanens).
Otro símbolo importante es el "conjunctio" (conjunción) o "conceptio" (concepción) que toma lugar primordialmente en el agua, en un manantial o una fuente.
El descenso al subconsciente no es un viaje libre de peligros.
En el sentido psicológico puede resultar, por ejemplo, en esquizofrenia.
En la mitología el héroe entra al mundo subterráneo para combatir monstruos y demonios.
La Gran Madre se le aparece con la imagen de un ser terrible, a menudo como el seño o governante del reino de la muerte.
A cambio de su valentía y corage, la Gran Madre, como diosa de la fetilidad, le ofrece gran conocimiento y sabiduría.
En Alquimia, cuando trabajamos con metales (simbólicos), el plomo es usado como material inicial. Los alquimistas dicen que existe un demonio en el plomo que puede ocasional la locura. (Paradójicamente, hoy en día conocemos perfectamente los efectos asociados al envenenamiento por exposició al plomo).
Como metal, el plomo se encuentra bajo el dominio de Saturno, el dios de la melancolía, que ocasiona dolencias y visiones diabólicas.
El plomo, como metal menos puro, necesita ser transformado en oro, el metal más puro. En términos generales, plomo significa impureza, el cuerpo impuro, el hombre impuro.
Después de que el alquimista ha penetrado en la tierra, debe rectificar.
Qué sigifica esto?
Según un texto del Taoísmo moderno: "Por eso Buddha Jou-Lai (Tathagata), en su gran misericordia, ha revelado el método, el trabajo alquímico del fuego y enseñó al pueblo a rectificar su verdadera naturaleza".
"Rectificando" en el acrónimo V.I.T.R.I.O.L.U.M. significa "volver a lo correcto" en el sentido moral, reinstalar la naturaleza verdadera, la purificación de la emociones negativas.
Significa enderezar lo que se ha torcido en nuestras vidas. El alquimista debe purificarse de toda "suciedad". Debe lavar "el cuerpo" para mejorarlo. Los metales deben purificarse de los elementos "externos, impuros y destructivos".
Los metales deben ser vistos como las emociones humanas.
Ya luego de años de autoanálisis de introspección, de que nos conozcamos bien a nosotros mismos, podremos modificar aquellas áreas negativas que encontremos mediante la auto observación.
(Alcoseri)
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