En la cruz arde el nombre secreto,
en letras de sangre, destino completo; Jesús Nazareno, rey de dolores,— corona de espinas, sepulcro de flores.
El fuego consume, la llama despierta,- la piedra cerrada se torna abierta;— “Igne Natura” canta el alquimista, y el alma renace tras sombra y arista.
Isis, la Virgen, la Tierra primera,
guarda en su seno la esencia entera; mas viene Tifón con su manto oscuro,— devora la vida, lo falso y lo duro.
Entonces Osiris, sol renovador,
se alza en el cielo con báculo y flor; del polvo resurge la eterna canción,— IAO resplandece: muerte y creación.
Cruz y serpiente, misterio velado,
la luz se revela en lo sacrificado;
la tumba es un grano que, al ser partido,
da fruto en lo eterno, jamás destruido.
El ciclo sagrado en símbolos mora,
quien muere en la noche, al alba mejora; el alma comprende, si entra en el fuego, que todo lo pierde… y gana de nuevo.
Reflexión final
El camino de INRI es el mismo de todo ser humano:
una cruz que hiere,
un fuego que consume y
un sol que renace.
En cada caída, Apophis destruye lo que ya no sirve.
En cada renacer, Osiris levanta lo que es eterno.
El misterio enseña que nada muere en vano: la muerte es semilla, la prueba es crisol, y la vida, un círculo infinito donde la oscuridad prepara el amanecer.
A.H.
INRI – IAO
ResponderExcluirNa cruz arde o nome secreto,
em letras de sangue, destino completo; Jesus Nazareno, rei das dores,— coroa de espinhos, sepulcro de flores.
O fogo consome, a chama desperta,- a pedra fechada torna-se aberta;— “Igne Natura” canta o alquimista, e a alma renasce atrás da sombra e aresta.
Isis, a Virgem, a Terra primeiro,
guarda em seu seio a essência inteira; mas vem Tufão com seu manto escuro,— devora a vida, o falso e o duro.
Então Osíris, sol renovador,
ergue-se no céu com bastão e flor; do pó ressurge a eterna canção— IAO resplandece: morte e criação.
Cruz e serpente, mistério velado,
a luz se revela no sacrificado;
o túmulo é um grão que, sendo partido,— dá frutos no eterno, jamais destruído.
O ciclo sagrado em símbolos mora,
quem morre de noite, de madrugada melhora; a alma compreende, se entra no fogo, que tudo perde... e ganhe de novo.
Reflexão final:
O caminho do INRI é o mesmo de todo ser humano: uma cruz que fere, um fogo que consome e um sol que renasce.
Em cada queda, Apophis destrói o que não serve mais; em cada renascer, Osíris levanta o que é eterno. O mistério ensina que nada morre em vão: a morte é semente, a prova é crisol e a vida, um círculo infinito onde a escuridão prepara o amanhecer.
DVG.